Orden, el cuerpo que huye el cuerpo,
estirado, está en fuga,
así es como esto nos arde
Un abismo, pero una claridad a la que,
como si hubiera espejos alrededor,
lanzamos miradas que se pierden.
Y luego, volver, como dijo Gardel
Volver al contacto que busca el contacto
Movimientos sin costuras en el sitio,
en lo más interior del sitio
Y en el lugar en el cual existen reglas
sin haber reglas,
Continúa doliente y apresurado él,
el dictador del compás que agudiza
el parpadeo del retornarse las manos
Caídas contadas, las casi-caídas,
los pasos que siguen, vacilan, retrasan,
arrastran, no dejan un fin
¡No muere, no muere!
Ese uno que es de dos,
en tanto que el tango
es tanto que la vida
siga una forma de paso
Siga al héroe devastador
del ya nombrado compás
Con lo que queda de aliento
en la fiesta sin invitados
Dos cuerpos se celebran,
y al final, no obstante,
aunque no hay nadie
esperan aplausos
El baile es sólo la máscara
donde se esconde cobarde la vida
En disfraz nos deslizamos
en un espacio sin límite alguno
255, 255, 0);">pisándole a la muerte los talones
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