La que cuenta las campanadas
como un enfermo desahuciado;La que pone cara de prisióncuando se mira en el espejo:La furtiva que es lágrima
que jamás duerme
La que ahora vive una noche
tan inefable
y tan honda como la muerte.
En este mismo instanteElla es la que sufre,
Ella torturada tan sólo
por amar la libertad
Ignoro dónde vive,
qué lengua habla,
qué edad tiene
cómo se llama,
pero entonces,en ese preciso instante,cuando sus ojos leenmi pequeño poema,ella existe de verdad, grita,se puede oír su llantode animal acosado,¿Podéis oírla?Una mujer solagrita maniatada,
Está en algún sitio
¿He dicho sola? ¿No sentís, como yo,el dolor de su cuerporepetido en el vuestro?¿No os mana la sangrebajo sus heridas ciegas
en vuestro propio tejido?
Ella
La que cuenta las campanadascomo un enfermo desahuciado;La que pone cara de prisióncuando se mira en el espejo:La furtiva que es lágrima
que jamás duerme
La que ahora vive una noche
tan inefabley tan honda como la muerte.
Ella
no está sola
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