Allí cuando el brillo de los salones
se hace gris
y una tras otra con lentitud
las luces palidecen
Cuando veo decenas de rostros
que se hacen millones y sin cara
De repente se ciega con el recuerdo
un rostro que me parece familiar,
la memoria del amor encuentra
conocidos los rostros antes sin cara,
que antes fueron extraños.
Oigo nombres de padres,
hermanos, colegas de jolgorio
así como de héroes, de diversas mujeres, artistas
que yo reverencié hace ya tiempo
de este baile en que estoy ahora
Pero ninguno de ellos
me concede siquiera una mirada
Son rostros que me conocen
y que dan por sabido encontrar una luz vacía
Si cruzan sus ojos con los míos
Se desvanecen en la nada
como las llamas de una vela
dejan en el entristecido corazón
sonidos de poemas olvidados,
Yo sigo sola sin danzar ni mirar a nadie
Y veo en la enorme lámpara del techo
una luz disfrutada alguna vez
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