Y el psiquiatra preguntó

"Todo auténtico quehacer creativo no es en realidad obra del hombre solamente. El ejercicio de todo arte y artesanía parte del corazón." Carl Gustav Jung


-¿Qué tal le iba a usted en su trabajo?
-Era un coñazo, no sé cómo no me echaron
después de soltar lindezas como "tu puta madre"
al octogésimo sexto "chica, mírame otra tallita"
-Entiendo, ¿en qué cree usted?
-En la belleza
-¿Qué es creer en la belleza?

Oh, el dulce nombre de la belleza
el olor a césped recién cortado
las dalias azules en un jarrón de cristal

Casas con tejados rojos y veleros ingleses
la elegancia de una mujer arrugada mirando por la ventana
y el descuido de una joven

Castillos medievales con un puente levadizo
que invita a entrar a los más temerarios
y el tenue brillar de la estrella más alejada

La prodigiosa simetría de los marcos
y los amaneceres púrpura cuya visión es tal
que duele

Una carta escrita sabiendo que el destinatario 
jamás la va a leer
La comodidad que implica la falta de sonido

Las enredaderas de los muros de una antigua fábrica
El muelle plomizo por el que pasea un viejo lobo de mar
cargado de historias imposibles

Una angustia desquiciada y enfermiza por casi todo
Una posible imagen de cómo eran 
los jardines colgantes de Babilonia 

La antiguedad de algunas piedras
con la curiosidad por qué dirían si hablasen
y la dificultad para hacer amigos

Lúgubres medias noches
en las que todo nos falta
y esperamos la venida de un cuervo

-Bien, ya le he firmado la incapacidad por esquizofrenia
-Eso también es creer en la belleza
Gracias y tome sus sesenta euros
Volveré cuando tenga otros sesenta





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