Insatissfacción

El triste duende del corazón
el fantasma de pobres almas
es la melancolía
Es el son de unos gritos ahogados en una copa
La canción de un bosque gris
como si de la voz de Dios se tratase
La niebla de esa tristeza
en nuestro pecho late
en nuestros ojos mira
en nuestra mano toca
Y es como un ángel cansado de su belleza
como un verso que no leyó nadie

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