Llegado el síndrome de abstinencia
ya caduca, no es tan tóxico ya
también caduca el amor
en la fecha señalada en el envase
Ya no resulta tan perjudicial,
ya no es ese veneno
tan eficaz, ni tan necesaria
la sensación de sobredosis
o tentadora la de dosis letal
Las palabras nunca enferman con las fases
de mi intoxicación o mi delirio
Siempre sanas, siempre a punto
de ser dadas de alta y de dejarme
un poco más enferma
Y nunca ni intentándolo con toda fuerza
he conseguido notar en mi otro cuerpo
la dosis letal de la palabra
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